sábado, 19 de septiembre de 2009

uno, dos

El pequeño equipaje


Me senté en el avión y cuando estaba poniendo mi gran mochila de mano de repente llegó un azafato y me ofreció guardar la guitarra en primera clase. Se fue mucho más cómoda que yo. Si eso no es una señal...Y el asiento reclinable malo asi que dormí con la cabeza colgando igual que los borrachitos. Hubo ene turbulencias, mayormente cuando me daban de ir al baño. Y la azafata que me decía anda a sentarte y yo caché por puro signo, porque no hablo francés po.
La comida estuvo buena, me tomé un vinito y queso camembert. Luego el cambio de vuelo estuvo fome porque además que el vuelo no duraba nada cuando llegué a Paris el de policía me hizo sacar el notebook, sacarme las botas, muy cuático, y latero porque había que rehacer poco menos que toda la mochila. Cuando el avión empezó el aterrizaje había ene sol, pero ahí nos metimos a una nube eternaaaaaaaaaaa que yo creo que está pegada siempre.

En Manchester esperé harto rato el tren pa no tomarlo corriendo porque esperan menos que en el metro Alcántara pa cerrar las puertas. Y estuve harto rato súper atenta y después me empecé a quedar dormida pero no me dormí. Lo más cliché ever. Con música de Los Smiths en Manchester y luego el Help de Los Beatles antes de llegar a Liverpool y no estaba lloviendo. No todavía. Ni está previsto que llueva pronto. En la estación nos encontramos con la Violeta (que me alojará los primeros días) al tiro casi hemos conversado casi todo el rato, muy buena onda. Comimos porotos. Es vegetariana así que cero opción de asado.

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